lunes, diciembre 23, 2024

Las Organizaciones agrarias y ganaderas europeas vuelven a poner el acuerdo con el MERCOSUR en su punto de mira

Una vez finalizadas las elecciones europeas, desde Copa-Cogeca han constatado que hay un renovado optimismo por volver a poner en el punto de mira el acuerdo con el Mercosur. «Hemos hablado de este acuerdo muchas veces, pero con la próxima ronda de negociaciones a pocos días vista, nuestros sectores sienten la presión, una vez más, de expresar su firme oposición a este acuerdo», señalan.

Desde que la UE y los estados del Mercosur alcanzaron un acuerdo político en 2019 sobre un acuerdo comercial integral, «nuestras organizaciones se han opuesto firmemente a él debido a los efectos adversos que tendría sobre nuestros productores, pero también sobre el medio ambiente. Este acuerdo, en principio, no tiene en cuenta los cambios e iniciativas que se han derivado del Pacto Verde de la UE ni el panorama cambiante en el que opera la agricultura hoy en día, tras la pandemia de COVID-19 y el impacto de la guerra en Ucrania».

Según Copa-Cogeca, parece que, por razones geopolíticas y en interés de algunas industrias, la Comisión está dispuesta a hacer la vista gorda ante el impacto que tendría en algunos de los sectores más sensibles de la agricultura de la UE, especialmente cuando, tras grandes preocupaciones y protestas de nuestros agricultores, está debatiendo el futuro de nuestro sector, considerado estratégico.



A pesar de que se ha concedido cierto acceso a productos de la UE, como el vino, los productos lácteos, el aceite de oliva, algunas frutas, verduras e indicaciones geográficas, «el acuerdo del Mercosur sigue siendo desequilibrado en su capítulo agrícola, afectando especialmente a sectores agrícolas ya de por sí frágiles como la carne de vacuno, las aves de corral, el arroz, el azúcar y el etanol».

Incluso con un instrumento adicional sobre sostenibilidad, cuyo alcance sigue sin estar claro, es evidente que «los países del Mercosur no están en condiciones de adoptar las mismas normas de producción en las explotaciones agrícolas que la UE pretende e impone a sus propios agricultores. Nuestras organizaciones no pueden aceptar, bajo ninguna circunstancia, que se debiliten las normas europeas o que se penalice en el mercado a ningún productor europeo por seguir dichas normas. Por ello, no podemos dejar de reiterar nuestro rotundo NO a un acuerdo de este tipo».

Esto también se suma a las preocupaciones sobre los impactos acumulativos y difíciles de cuantificar de todos los acuerdos ya firmados por la UE y más aún cuando se consideran aquellos que están en trámite, incluida la posible ampliación de la UE hacia el Este.

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