Productores de huevos neerlandeses y belgas emprenden acciones legales contra procesadores por formación de cartel para pactar precios de compra
Un importante grupo de avicultores de puesta de los Países Bajos y Bélgica ha decidido acudir a los tribunales en busca de una indemnización millonaria, tras acusar a diversos procesadores de huevos de haberse coordinado para mantener los precios artificialmente bajos. Según las denuncias, esta supuesta práctica de cartel habría forzado a los granjeros a vender sus huevos por debajo del costo de producción durante un periodo prolongado, generando pérdidas económicas considerables.
La demanda colectiva, a la que de momento se han suscrito 110 avicultores, se basa en los indicios encontrados de que ciertos procesadores de huevos acordaron precios entre sí, alterando así el normal funcionamiento del mercado. Este es sin duda uno de los mayores casos legales que enfrenta el sector avícola en el continente, con reclamaciones que ascienden a decenas de millones de euros.
Los productores afectados sostienen que la fijación de precios les ha impedido obtener un margen justo por su trabajo y que la industria del procesamiento de huevos se ha beneficiado de forma indebida durante años. Con el respaldo de bufetes especializados, los avicultores esperan que el sistema judicial europeo les otorgue la compensación que consideran merecer, marcando un precedente contra prácticas anticompetitivas y en favor de condiciones más equitativas para todos los eslabones de la cadena productiva.
La denuncia viene avalada por la Autoridad de Consumidores y Mercados de los Países Bajos (ACM)
La Egg Cartel Damage Foundation, actuando en nombre de 110 productores de huevos, está buscando una compensación de los procesadores Interovo, Wulro y Global, después de que, según dice, se rompieran las conversaciones con ellos. En mayo 2024 la Autoridad de Consumidores y Mercados de los Países Bajos (ACM) anunció que había multado a las empresas por celebrar acuerdos ilegales para la fijación de precios para la compra de huevos.
La ACM había descubierto que las empresas tenían acuerdos secretos de fijación de precios para la compra de huevos y habían acordado en qué granjas los adquirirían. Y también se descubrió que estas acciones habían perjudicado a los productores debido a que se les pagaba un precio más bajo por sus huevos.
La ACM informó que, durante más de un año, a partir de abril de 2015, Wulro e Interovo habían coordinado sus precios, compartido información sobre los proveedores e intercambiado detalles sensibles desde el punto de vista competitivo. También descubrió que Wulro y Global habían estado haciendo esto durante tres años a partir de marzo de 2016.
Jan Willem, director de la Egg Cartel Foundation, ha dicho que, lamentablemente, las conversaciones con los procesadores de huevos no han conducido a una solución. “Por ello, la emisión de la demanda contra las citadas empresas es un paso necesario hacia la compensación a la que tienen derecho», ha añadido. Lea la sentencia del tribunal de Rotterdam en Rechtspraak.nl
Los daños del cartel del huevo se estiman entre 21 y 92 millones de euros
Las prácticas ilegales de los cárteles del huevo durante el período de abril 2015 a agosto 2019 ocasionaron pérdidas significativas a los productores avícolas, estimadas entre 21 y 92 millones de euros, aunque se sospecha que el impacto económico real podría ser superior.
Las empresas (Interovo, Wulro y Global) operaban acuerdos secretos para fijar precios entre sí y coordinaban la compra de huevos. “Esto perjudicó a los granjeros, quienes terminaron recibiendo un precio más bajo por sus huevos”, señaló Martijn Snoep, presidente de la Autoridad para los Consumidores y Mercados (ACM). “Tomamos medidas estrictas contra los cárteles de compradores”.
El cártel comenzó en 2015, cuando Wulro e Interovo empezaron a coordinar precios, compartir proveedores e intercambiar información comercial sensible, explicó la ACM. Global y Wulro comenzaron a hacer lo mismo un año después.
En todos los casos los huevos erán huevos para uso industrial, ovoproductos. En concreto Interovo, Wulro y Global compraban huevos de estándar industrial a los productores para procesarlos en productos líquidos o en polvo, que luego son utilizados por la industria alimentaria para elaborar salsas y productos de panadería.