Un reciente estudio arroja luz sobre la influencia de la genética y la densidad de cría en el comportamiento de los pollos de engorde, destacando diferencias significativas entre estirpes de crecimiento convencional y lento. Los hallazgos, cruciales para veterinarios y avicultores, sugieren que la genética juega un papel más determinante en el bienestar animal que la densidad de población dentro de los rangos comerciales típicos.
La creciente preocupación global por el bienestar animal en la producción avícola moderna ha impulsado numerosas investigaciones centradas en factores como la tasa de crecimiento y la densidad de cría. Tradicionalmente, se ha asociado una alta densidad de animales con un deterioro del bienestar, pero un nuevo estudio publicado en Poultry Science profundiza en la interacción de la genética y la densidad de cría, ofreciendo una perspectiva más nuanced sobre el comportamiento de los pollos de engorde.
Investigadores de la Universidad de Arkansas y la Universidad de Purdue evaluaron el comportamiento de dos estirpes genéticas distintas: una de crecimiento convencional (CONV, Ross 708) y otra de crecimiento lento (SG, Hubbard Redbro). Los pollos fueron criados a dos densidades de población: 29 kg/m² (LO, baja densidad) y 37 kg/m² (HI, alta densidad), replicando condiciones comunes en la industria. Durante el estudio, se registraron y analizaron diversos comportamientos, incluyendo caminar, estar de pie, sentarse, sentarse lateralmente, comer, beber y darse baños de arena, en diferentes etapas de crecimiento.

Estirpes genéticas: grandes diferencias conductuales
Los resultados del estudio revelaron diferencias notables en el comportamiento entre las estirpes genéticas, independientemente de la densidad de cría.
- Mayor sedentarismo en broilers convencionales: Los pollos de la estirpe CONV demostraron una mayor tendencia a sentarse en comparación con los SG. Esta diferencia se acentuó con la edad; a los 39 días, un porcentaje significativamente mayor de pollos CONV estaban sentados en comparación con los de 25 días y con los SG que habían alcanzado su peso de mercado (60 días).
- Sentarse lateralmente: un indicador de posibles problemas: Un hallazgo particularmente interesante fue la mayor prevalencia del comportamiento de «sentarse lateralmente» en los broilers CONV. Esta postura, donde el ave se sienta con una pata extendida hacia un lado, se observó significativamente más en los CONV en ambas edades evaluadas y también cuando se compararon con los SG al alcanzar el peso de mercado. Los investigadores sugieren que este comportamiento podría estar relacionado con la incomodidad o problemas musculoesqueléticos, lo que coincide con estudios previos que asocian los broilers de crecimiento rápido con una peor salud de las patas. De hecho, estudios anteriores de este mismo grupo de investigación encontraron una mayor incidencia de quemaduras en los corvejones en los broilers convencionales.

- Más actividad en broilers de crecimiento lento: En contraste, los broilers SG mostraron niveles más altos de comportamientos activos como caminar y estar de pie. Caminaron más que los CONV a los 39 días y al alcanzar el peso de mercado, y también permanecieron de pie durante más tiempo en ambas edades y al peso de mercado. Esta mayor actividad se alinea con la literatura previa que describe a las estirpes de crecimiento lento como más enérgicas y con un mayor repertorio de comportamientos asociados a un mejor bienestar, como el forrajeo y los baños de polvo.
- Los baños de arena: un signo de confort: El comportamiento de «acicalarse», es decir, los «baños de arena», fue otro aspecto donde se observaron diferencias significativas. Si bien no hubo diferencias a los 25 días, un mayor porcentaje de broilers SG se acicalaba más que los CONV a los 39 días y al peso de mercado. Este hallazgo es consistente con otros estudios que sugieren que las estirpes de crecimiento lento exhiben más comportamientos de confort.

La densidad de cría afecta al comportamiento, pero menos de lo esperado
Contrariamente a la creencia generalizada, el estudio encontró que la densidad de cría (dentro de los rangos de 29 y 37 kg/m²) tuvo un impacto limitado en la mayoría de los comportamientos observados.
- Bebederos más concurridos a mayor densidad: La única diferencia significativa relacionada con la densidad fue que un mayor porcentaje de pollos bebía en la densidad más alta (37 kg/m²) en el análisis ajustado por edad. Sin embargo, los autores señalan que esta diferencia porcentual es pequeña y podría carecer de significancia biológica.
- Más baños de arena a menor densidad: También se observó una mayor frecuencia de baños de arena en la densidad más baja (29 kg/m²) en el análisis ajustado por edad.
- Comportamientos esporádicos: Los comportamientos de forrajeo y baño de polvo fueron poco frecuentes en ambas densidades y estirpes, lo que impidió un análisis estadístico robusto. No obstante, se observó numéricamente una mayor tendencia al baño de polvo en la densidad más baja.
Estos hallazgos sugieren que, dentro de los límites estudiados, la densidad de cría podría ser un factor menos influyente en el comportamiento de los broilers en comparación con la genética. Esto se alinea con algunas investigaciones previas que han destacado que la gestión ambiental general tiene un mayor impacto en el bienestar que la densidad por sí sola. Factores como la calidad de la cama, la ventilación y la disponibilidad de recursos podrían ser más críticos para el bienestar que una ligera variación en la densidad de población.

Implicaciones prácticas para las integradoras y los avicultores
Los resultados de este estudio tienen implicaciones significativas para la toma de decisiones en la industria avícola:
- La Genética como factor clave de bienestar: El estudio subraya la importancia de la elección de la estirpe genética como un factor determinante del comportamiento y, potencialmente, del bienestar de los pollos de engorde. Las estirpes de crecimiento lento parecen exhibir comportamientos más activos y asociados a un mejor bienestar, lo que debe ser considerado al diseñar sistemas de producción con mayores estándares de bienestar animal.
- Observación del comportamiento: una herramienta de diagnóstico: La mayor prevalencia de «sentarse lateralmente» en los broilers convencionales podría ser un indicador temprano de problemas de salud musculoesquelética o incomodidad. Los veterinarios y productores deberían estar atentos a este comportamiento como una posible señal de alerta que requiera una investigación más profunda de las condiciones de manejo y la salud de las aves.
- Reevaluación del impacto de la densidad: Si bien la alta densidad de cría sigue siendo una preocupación legítima, este estudio sugiere que, dentro de los rangos comerciales típicos, la genética podría tener un impacto más pronunciado en el comportamiento. Esto no implica que la densidad sea irrelevante, pero sí resalta la necesidad de considerar un enfoque holístico del bienestar, donde la genética, el manejo ambiental y la densidad interactúan.
- Consideraciones en sistemas de producción de mayor bienestar: Para los sistemas de producción que buscan mejorar el bienestar animal, la transición a estirpes de crecimiento lento podría ser una estrategia más efectiva para fomentar comportamientos positivos que simplemente reducir ligeramente la densidad de cría. No obstante, es crucial considerar los desafíos económicos asociados con las estirpes de crecimiento lento, como un menor rendimiento de la pechuga y una peor eficiencia alimenticia.
- Investigación futura: Los autores recomiendan que futuras investigaciones exploren una gama más amplia de estirpes genéticas y profundicen en la relación entre la conformación corporal, la tasa de crecimiento y la salud de las patas para comprender mejor los factores que impulsan las diferencias de comportamiento observadas.
Factores como la calidad de la cama, la ventilación y la disponibilidad de recursos podrían ser más críticos para el bienestar que una ligera variación en la densidad de población.
En base al «target» de mercado al que quiera vender la integradora, deberá decidir que genética emplea y en base a esta que manejo recomienda a sus avicultores integrados.
Este estudio proporciona evidencia valiosa que enfatiza la influencia significativa de la genética en el comportamiento de los pollos de engorde. Las marcadas diferencias observadas entre las estirpes de crecimiento convencional y lento en aspectos como la actividad, el sedentarismo y los comportamientos de confort sugieren que la selección genética es un factor crítico para el bienestar animal. Si bien la densidad de cría sigue siendo un aspecto importante del manejo, este estudio indica que, dentro de los rangos estudiados, su impacto en el comportamiento podría ser menos determinante que la genética.
Estos hallazgos instan a las integradoras a decidir bien que genética y que densidades/manejo van a recomendar a sus avicultores integrados, pues a diferente genético diferente manejo. La decisión final obviamente dependerá de los condicionantes del mercado/s , y del poder adquisitivo del mismo, al que quiera vender sus pollos la integradora, pero si quiere ponerse la medalla que está proporcionando n mayores estándares de bienestar animal deberá adecuar, no ya solo el manejo, sino la genética elegida.
Fuente:
-. Effects of genetic strain, stocking density, and age on broiler behavior. Rosemary H. Whittle, Darrin M. Karcher, Marisa A. Erasmus, Shawna L. Weimer. Poultry Science, Volume 104, Issue 2, 2025, 104723
Para saber más:
-. Densidad en la cría de pollos