Las granjas no están en «islas»
En las granjas avícolas intensivas, el riesgo de transmisión de enfermedades infecciosas sigue siendo un reto constante, especialmente en áreas densamente pobladas por aves de corral. La interacción directa o indirecta entre animales salvajes y aves domésticas puede actuar como vehículo de transmisión de patógenos, generando «spillover» (transmisión de patógenos desde fauna silvestre a doméstica) o «spillback» (transmisión inversa desde animales domésticos a fauna salvaje). En este contexto, la bioseguridad emerge como la herramienta más efectiva para reducir el riesgo de introducción y diseminación de enfermedades dentro y entre granjas.
En los últimos años, se ha observado un incremento sin precedentes de brotes de influenza aviar de alta patogenicidad (HPAI) en todo el mundo, afectando tanto a aves salvajes como a mamíferos domésticos. Esta situación plantea preocupaciones sobre el papel de los mamíferos en la epidemiología de la enfermedad en granjas avícolas, lo que llevó a la realización de este estudio en el norte de Italia. El objetivo fue identificar las especies de mamíferos que frecuentan las cercanías de granjas de gallinas ponedoras y analizar sus patrones de visita a lo largo del tiempo para evaluar su impacto en la bioseguridad y la transmisión de enfermedades.
El uso de cámaras trampa, un sistema ampliamente utilizado para contaje de animales silvestres, empleado por primera vez en avicultura industrial.
Se realizó un estudio de cámaras trampa durante un año en tres granjas avícolas comerciales situadas en una región italiana con alta densidad de aves de corral y un alto riesgo de introducción de HPAI. Las granjas seleccionadas incluyeron dos sistemas convencionales en interiores y una granja ecológica con acceso al exterior para las aves. Las cámaras se instalaron en áreas estratégicas, como puntos de recolección de estiércol y silos de alimento, donde se habían detectado previamente señales de fauna salvaje. En total, se realizaron más de 1.800 días de observación con cámaras trampa, lo que resultó en miles de videos que fueron analizados para identificar las especies y sus comportamientos. Las cámaras trampa tienen visión nocturna y solo se activan cuando pasa algún animal por delante.
Un tráfico continuo de animales silvestres y domésticos
Durante el período de estudio, se registraron un total de 567 visitas de mamíferos salvajes y 1.866 de mamíferos domésticos (principalmente gatos y perros). Entre las especies salvajes, los coipos (nutria) fueron los más frecuentes, con un total de 437 visitas, seguidos de erizos europeos y ratas. En cuanto a los mamíferos domésticos, los gatos fueron detectados con mayor frecuencia que los perros, con 1.815 observaciones, representando el 97% de las visitas de mamíferos domésticos.
Las granjas con acceso al exterior, las más visitadas
- Los mamíferos salvajes se observaron mayormente de noche, lo que coincide con los hábitos nocturnos de especies como los erizos y ratas.
- Los coipos, sin embargo, mostraron actividad tanto diurna como nocturna, aprovechando la falta de depredadores mayores en la zona y la baja presencia humana en ciertos momentos.
- La granja orgánica (Granja 2) y las áreas cercanas a cuerpos de agua presentaron una mayor incidencia de visitas, destacando la vulnerabilidad de las instalaciones con accesibilidad al exterior.
Hay tanta vida nocturna alrededor de la granja cómo en La Castellana de Madrid en la madrugada.
Los resultados revelan un escenario preocupante para la bioseguridad avícola. La alta frecuencia de visitas de coipos, una especie invasora conocida por su capacidad de albergar patógenos zoonóticos, representa un riesgo significativo para la transmisión de enfermedades en las granjas. Los coipos fueron observados alimentándose en áreas de vegetación dentro de las granjas, lo que sugiere que las brechas en las cercas y las áreas de acceso desprotegidas facilitan su entrada.
Además, la gran cantidad de gatos asilvestrados en las granjas, especialmente en la Granja 3, constituye otro riesgo potencial para la diseminación de patógenos. La reciente detección de virus de influenza aviar en gatos en otros países subraya la importancia de controlar la presencia de mamíferos domésticos en las instalaciones avícolas.
Por otro lado, los roedores, a pesar de haber sido menos frecuentes en este estudio que en investigaciones previas, continúan siendo un vector de riesgo conocido para la influenza aviar y otros patógenos como Salmonella. La implementación de programas de control de roedores, combinando trampas y rodenticidas, es esencial para reducir estos riesgos.
Implicaciones para la Bioseguridad y Recomendaciones
Los hallazgos del estudio subrayan la necesidad de estrategias de bioseguridad más estrictas para prevenir la entrada de mamíferos a las instalaciones avícolas. Entre las medidas recomendadas se incluyen:
- Mantenimiento y refuerzo de cercas: las vallas deben revisarse y repararse regularmente para evitar que mamíferos de tamaño medio, como los coipos, accedan a las áreas de las granjas.
- Control integrado de roedores: Es esencial una combinación de métodos de control para evitar la selección de individuos resistentes, así como el monitoreo constante para ajustar las estrategias en función de la respuesta de la población de roedores.
- Gestión de colonias de gatos asilvestrados: La captura y manejo ético de gatos asilvestrados podría minimizar el riesgo de propagación de patógenos entre mamíferos y aves.
Conclusión: una nueva metodología que amplía el enfoque de la bioseguridad
Este estudio «Potential biosecurity breaches in poultry farms: Presence of free-ranging mammals near laying-hen houses assessed through a camera-trap study» representa uno de los primeros en caracterizar de forma detallada la actividad de mamíferos alrededor de granjas avícolas mediante el uso de cámaras trampa. Los resultados revelan una alta frecuencia de interacciones entre mamíferos y las instalaciones avícolas, lo que pone en riesgo la bioseguridad. La visualización de estos datos puede ser una herramienta poderosa para educar a los productores y autoridades sanitarias sobre la importancia de mantener las instalaciones seguras y libres de fauna que pueda actuar como vectores de enfermedad.
A medida que los brotes de enfermedades como la influenza aviar continúan afectando tanto a animales salvajes como domésticos, es crucial integrar estos conocimientos en los programas de vigilancia epidemiológica para diseñar estrategias efectivas de prevención y control de enfermedades.
A destacar:
- «Las cámaras trampa revelan un alarmante nivel de interacción entre mamíferos y aves de corral, poniendo en jaque la bioseguridad avícola.»
- «Los coipos, una especie invasora en Europa, se posicionan como los principales visitantes de las granjas en la zona estudiada, aumentando el riesgo de transmisión de patógenos.»
- «La presencia continua de gatos asilvestrados en las instalaciones avícolas puede ser una bomba de tiempo en la propagación de la influenza aviar.»
- «Implementar medidas de bioseguridad más estrictas, como el mantenimiento de cercas y el control efectivo de roedores, es crucial para frenar el riesgo de enfermedades.»
- «La vigilancia debe controlar el contacto entre fauna silvestre y animales de granja.»