La avicultura, en el punto de mira de los reguladores aún a pesar de ser de las ganaderías que menos gases efecto invernadero emite.
Las granjas avícolas generan varios gases nocivos que, en concentraciones elevadas, afectan tanto la salud de las aves como el entorno productivo. En particular, la presencia de amoníaco y otros gases de efecto invernadero dentro de las naves avícolas es una preocupación creciente para la industria, ya que está directamente vinculada con el rendimiento de las aves, la proliferación de enfermedades y el aumento de los costos de cría.
Este artículo investiga la relación entre los gases emitidos por las granjas avícolas y sus efectos sobre el desempeño productivo y la salud de las aves. Se analizan los principales gases involucrados, sus fuentes, y se proponen soluciones tecnológicas, como sistemas de ventilación avanzados, para mitigar el impacto de estas emisiones.
Principales Gases Emitidos en las Granjas Avícolas
El estudio identifica cuatro gases de efecto invernadero que si se emiten en exceso desde las granjas avícolas pueden tener efectos contaminantes: amoníaco (NH₃), dióxido de carbono (CO₂), metano (CH₄) y sulfuro de hidrógeno (H₂S).
- Amoníaco (NH₃): El amoníaco es el gas más preocupante en términos de impacto directo en la salud de las aves. Se produce principalmente por la descomposición de ácido úrico presente en las heces de las aves. El amoníaco se convierte en un problema crítico cuando supera los límites permisibles (15 ppm), ya que puede causar ceguera por amoníaco, enfermedades respiratorias y aumentar la vulnerabilidad de las aves a infecciones como la enfermedad de Newcastle y la bronquitis infecciosa. La combinación de alta humedad, mala ventilación y alta densidad de cría amplifica la concentración de amoníaco dentro de los galpones.
- Dióxido de carbono (CO₂): El CO₂ es un subproducto de la respiración animal y de la descomposición de los desechos avícolas. Su concentración en los gallineros aumenta cuando se emplean sistemas de calefacción ineficientes o cuando la ventilación es insuficiente. En concentraciones muy altas, el CO₂ puede causar estrés respiratorio en las aves, reduciendo su crecimiento y la producción de huevos.
- Metano (CH₄): Aunque el metano es menos común que el amoníaco o el CO₂, su impacto en el cambio climático es significativo. Se genera a partir de la fermentación anaeróbica de materia orgánica, principalmente en la cama avícola húmeda. Si bien los niveles de metano emitidos por las aves son relativamente bajos, su contribución al calentamiento global es preocupante.
- Sulfuro de hidrógeno (H₂S): El H₂S es un gas extremadamente tóxico que se produce durante la descomposición de compuestos que contienen azufre en la cama y los excrementos de las aves. En altas concentraciones, puede causar daños graves al sistema respiratorio de las aves e incluso la muerte en casos extremos. Además, este gas afecta la calidad del aire en las granjas, lo que también perjudica a los trabajadores.
«El EXCESO DE amoníaco afecta directamente la salud y seguridad de las aves, mermando la producción e incrementando los costos de cría.»
Fuentes de Emisión de Gases
Los gases nocivos en las granjas avícolas provienen de varias fuentes. Una de las principales es la descomposición de la cama húmeda, que actúa como un caldo de cultivo para bacterias que descomponen la materia orgánica y liberan amoníaco y otros gases. El tipo de cama utilizada (aserrín, paja, etc.), su humedad, y la calidad de la ventilación son factores determinantes en la cantidad de gases emitidos.
El diseño y la ubicación geográfica de las instalaciones avícolas también juegan un papel crucial. Las instalaciones mal diseñadas con sistemas de ventilación ineficientes no permiten una correcta circulación de aire, lo que aumenta la concentración de gases. Además, las estaciones del año influyen en la cantidad de gases emitidos. En verano, las temperaturas elevadas y la mayor actividad metabólica de las aves incrementan la emisión de amoníaco, mientras que en invierno, la falta de ventilación adecuada debido al cierre de puertas y ventanas para mantener el calor provoca acumulaciones peligrosas de gases.
Efectos en la Salud de las Aves
El impacto de un exceso de gases en la salud de las aves es devastador, especialmente en lo que respecta al amoníaco. La exposición prolongada a concentraciones elevadas de este gas provoca irritaciones en los ojos, piel y sistema respiratorio. En casos graves, las aves desarrollan inflamación de los sacos aéreos, disminución del apetito, y un deterioro general de su sistema inmunológico, lo que las hace más susceptibles a infecciones virales y bacterianas.
Además, se ha observado una disminución en la producción de huevos y una reducción en la calidad de los mismos, con una menor densidad de albúmina y cáscaras más delgadas. En el caso de los pollos de engorde, el amoníaco afecta su capacidad para ganar peso, lo que incrementa el índice de conversión alimenticia (FCR), resultando en mayores costos de producción.
Otro gas que afecta el rendimiento de las aves es el CO₂, que en niveles elevados provoca dificultad para respirar y estrés fisiológico. Este gas también interfiere con la capacidad de las aves para regular su temperatura corporal, lo que puede causar un comportamiento anormal y reducir el consumo de alimento, afectando su crecimiento y producción.
Naves avícolas bien ventiladas, la mejor solución.
La ventilación adecuada es una de las soluciones más efectivas para reducir la concentración de gases nocivos en las granjas avícolas. Las tecnologías de ventilación avanzadas, especialmente los sistemas de presión negativa, han demostrado ser muy eficaces para expulsar los gases peligrosos y mantener un ambiente saludable para las aves. Estos sistemas permiten controlar mejor la temperatura, la humedad y la calidad del aire dentro de los galpones.
El desarrollo de la agricultura de precisión también ha contribuido significativamente a mejorar la gestión ambiental en las granjas. Los sensores inteligentes pueden monitorear en tiempo real la calidad del aire y ajustar automáticamente los sistemas de ventilación según sea necesario. Estos avances no solo mejoran la salud y el bienestar de las aves, sino que también reducen los costos operativos al optimizar el uso de energía y minimizar el desperdicio.
Ventilación, manejo y tecnología, las claves para minimizar las emisiones en avicultura
El control de las emisiones de gases nocivos en las granjas avícolas es esencial para asegurar una producción avícola sostenible y rentable. La combinación de buenas prácticas de manejo, como el uso de camas adecuadas, sistemas de ventilación eficientes y tecnologías de monitoreo ambiental, es clave para mitigar los efectos negativos de estos gases sobre la salud de las aves y el rendimiento productivo.
La industria avícola debe seguir invirtiendo en soluciones tecnológicas que mejoren el ambiente de las granjas, no solo para proteger la salud de las aves, sino también para reducir su impacto ambiental, en línea con los objetivos globales de sostenibilidad.
Para saber más: «Effects of Harmful Gases Emitted from Poultry Houses on Productive and Health Performance» Mahdi Saleh Mohammad Al-Kerwi et al 2022 IOP Conf. Ser.: Earth Environ. Sci. 1060 012082 DOI 10.1088/1755-1315/1060/1/012082