domingo, diciembre 14, 2025

El avicultor del Siglo XXI: ¿experto en animales y en datos?

Descubra la ponencia de Thomas Norton, celebrada en Tours con motivo de las 15.ª Jornadas de Investigación Avícola y de Palmípedas : «Situación actual de la cría de precisión para las aves de corral».

En un contexto especialmente competitivo, el reto de la investigación avícola es proponer soluciones que permitan preservar, dentro del territorio, cadenas de producción y transformación capaces de responder a las múltiples expectativas de la distribución, la restauración fuera del hogar y la ciudadanía. Este evento se organiza cada dos años por el ITAVI, el INRAE, la ANSES y el CTCPA, con el apoyo de las ramas francesas de la World’s Poultry Science Association (WPSA) y de la World Veterinary Poultry Association (WVPA), dos asociaciones de alcance internacional en el ámbito avícola.

El rol de la Ganadería de Precisión: desafíos y futuro de la producción animal

En su presentación «The role of Precision Livestock Farming | Tomas NORTON JRA 2024«, Tomas Norton, investigador basado en Bélgica y adscrito a la Universidad KU LEUVEN , explora el concepto de la Ganadería de Precisión (PLF, por sus siglas en inglés) y su potencial para transformar el sector de la producción animal. Norton describe la PLF como la digitalización de la realidad de la agricultura, con el objetivo de proporcionar a los agricultores datos objetivos para una mejor toma de decisiones.

Sin embargo, el sector ganadero enfrenta numerosos desafíos. Entre ellos se encuentran las enfermedades animales como la influenza aviar, los crecientes problemas de bienestar animal, las nuevas regulaciones y los retos medioambientales. Además, factores internos como el envejecimiento de la población rural y la disminución del interés de las nuevas generaciones en la avicultura y la ganadería son motivo de preocupación. Esta situación contribuye a la consolidación de la industria, con una reducción en el número de explotaciones pero un aumento en el número de animales por granja, lo que puede intensificar la percepción de una producción de tipo «factoría» y generar problemas de contaminación localizada.

Norton explica una ecuación fundamental en la producción animal: Impacto = Eficiencia x Producción. La lógica inicial es que al aumentar la eficiencia en el uso de recursos (alimentación, etc.), se reduce el impacto económico y ambiental, además de mejorar potencialmente el bienestar animal. No obstante, advierte sobre la paradoja de Jevons, donde las mejoras en la eficiencia pueden llevar a un aumento en la producción general, anulando o incluso exacerbando los beneficios ambientales y de bienestar.

A pesar de los esfuerzos por mejorar la eficiencia a través de la genética, como en la producción de pollos de engorde, han surgido problemas como la debilidad de las patas, hasta que la genética logró compensarlo. La respuesta política en Europa, parece apuntar a intentar reducir el número de explotaciones , la densidad de aves/m2 y en un enfoque tecnológico, donde la PLF juega un papel crucial. La PLF busca integrar la monitorización ambiental y del bienestar en un solo enfoque.

Norton destaca que la avicultura de precisión va más allá de los sensores y la inteligencia artificial; se trata de proporcionar datos útiles a los avicultores y otros actores de la cadena de suministro para tomar decisiones más informadas. Un aspecto clave es identificar el valor que estos datos generan. Se distinguen dos niveles de procesamiento de la información: uno donde se procesan los indicadores clave de rendimiento (KPIs) para reducir la incertidumbre en la toma de decisiones, y otro donde el agricultor realmente actúa sobre esos datos.

Se presentan ejemplos de aplicaciones tempranas de la PLF. Un estudio de 2014 demostró cómo el monitoreo del clima en las instalaciones y su relación con el confort térmico de las aves podía vincularse con problemas de bienestar como la dermatitis plantar. También se desarrolló una tecnología basada en visión por computador para cuantificar el comportamiento de las aves y detectar problemas como la mala calidad de la cama o fallos en el control climático. Sin embargo, esta tecnología, lanzada al mercado en 2012, no logró convencer a los avicultores, posiblemente por no haber derivado suficiente valor práctico para ellos.

Investigaciones posteriores se centraron en indicadores más específicos, como la detección de la inquietud nocturna en gallinas ponedoras como indicativo de infestación por ácaro rojo. A pesar de desarrollar una herramienta prometedora, la respuesta de los productores de huevos fue que necesitaban soluciones más amplias, como la detección de canibalismo o amontonamiento. Esto subraya el desafío de capturar datos valiosos y demostrar su utilidad para los avicultores.

Norton vislumbra un futuro con una mayor adopción de la robótica en la producción avícola, no solo para la monitorización general, sino también para realizar tareas que los agricultores prefieren delegar, sin comprometer la bioseguridad. El éxito de la robótica en el ordeño de vacas lecheras sugiere un potencial similar en el sector avícola. Sin embargo, en áreas como la alimentación de precisión, los desafíos persisten debido a la falta de precisión de los dispositivos. La introducción prematura de tecnologías no probadas puede generar rechazo por parte de los agricultores.

En conclusión, Norton enfatiza que no es suficiente medir indicadores generales de producción y esperar que los avicultores utilicen los datos. El futuro de la PLF pasa por una cuidadosa integración de la tecnología, donde los sistemas robóticos jugarán un papel cada vez mayor, pero siempre con la participación del avicultor en el proceso.

En respuesta a las preguntas del público, Norton señala que el perfil del avicultor del futuro será más afín al manejo de datos, con jóvenes interesados en la agricultura como un sector intensivo en información. Finalmente, respecto a la aplicación de la PLF en sistemas de producción menos intensivos, como la avicultura al aire libre, Norton reconoce que es un campo más desafiante pero con oportunidades como el uso de drones para la monitorización y la detección de depredadores.

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