La necesidad de producir de forma rentable nos sigue obligando a implementar cambios que nos ayuden a reducir el impacto de los costes de producción, a equilibrar el coste adicional de un mayor bienestar animal y a mejorar el valor de los productos finales para el consumidor y el cliente. Estos cambios deben tener una base técnica, ser económicamente viables y aplicables desde el punto de vista operativo.
La conversión alimenticia sigue siendo un tema crítico para todos los productores de huevos, ya que entre el 50 y el 70% de los costos de producción están vinculados a esto, el costo de los alimentos. Una mala conversión alimenticia requiere que más aves logren el mismo volumen de huevos y que se compre más, almacene, procese y entregue.
Desde la década de 1960 el daño causado por la bacteria gram+ Clostridium perfringens ha sido reconocido como enteritis necrótica. Esta bacteria es reconocida como una de las más prevalentes en ambientes avícolas industriales. Las toxinas producidas por Clostridium son la principal causa relacionada con problemas en las aves domésticas. Las esporas de C. perfringens pueden incluso soportar temperaturas de 100ºC durante 60 minutos en el ambiente, lo que dificulta la erradicación de la bacteria.
Estas características (esporas y toxinas) también se encuentran en Clostridium botulinum, causante del botulismo. En pollos jóvenes, por ejemplo en la fase de cría, esta prevalencia aguda de enteritis necrótica provoca la mortalidad de la manada (hasta un 30%). Antes de la mortalidad, puede causar un menor aumento de peso ya desde las primeras semanas de edad y estar relacionado con pérdidas de rendimiento en la fase de producción. Las lesiones causadas en el tracto gastrointestinal generan estas consecuencias directas y otras indirectas, como una menor conversión alimenticia, fluctuaciones en la producción y calidad de los huevos.
Los síntomas clínicos incluyen: erizado de las plumas y desaliñamiento de las aves, erosión de la molleja, manchas hemorrágicas/necróticas a lo largo del intestino delgado (principalmente yeyuno e íleon) y pérdida de la motilidad intestinal (con acumulación de gases y líquidos, lo que provoca una apariencia de «salchicha» y un olor fétido en su contenido. Un hallazgo claro en la autopsia para indicar que se trata de enteritis necrótica es una pseudomembrana presente focalmente o difusa en el intestino, formada por células muertas, bacterias y proteínas inflamatorias secretadas por el mismo, y es de ahí de donde proviene el nombre de Enteritis Necrótica. Tener en cuenta que la hepatomegalia con manchas hemorrágicas o blanquecinas también se relaciona con la presencia de C. perfringens, pero esto no está directamente relacionado con la enteritis necrótica.
Cuando se visita una manada hay que fijarse en las manchas de deyecciones espumosas de color mostaza y con moco en la cama de la nave, así como en una pigmentación desigual de las patas y el pico de las aves. Durante las necropsias, observar la acumulación de gases en los intestinos y la presencia de xantofilas no absorbidas («manchas de tomate»). Y en la sala de los huevos evaluar la uniformidad del color de las yemas. Todas estas señales sirven como advertencia de posibles problemas que ya pueden estar afectando a la salud intestinal del lote
Desde el punto de vista del manejo, un contacto más prolongado con las heces, ya sea en aves en el suelo, por contacto con la yacija, o en aves en jaulas por deyecciones residuales en éstas, también favorece la contaminación con Clostridium. Controlar el consumo de pienso y de agua y verificar que los comederos y bebederos funcionen correctamente. El restringir el agua y el pienso durante períodos prolongados (más de 24 horas) puede desestabilizar la flora intestinal y estimular la multiplicación de Clostridium (y otros microorganismos indeseables). La limpieza y desinfección a fondo entre los ciclos de cría y producción ayudará a reducir la presión.
Desde el punto de vista sanitario la coccidiosis ha demostrado ser un «gran compañero» para Clostridium. Las lesiones celulares causadas por Eimeria, que originan un aumento de la producción de moco y una reducción en la digestibilidad y la absorción de nutrientes presentes en la luz intestinal son factores que crean un ambiente intestinal favorable para el empeoramiento de las condiciones. El control de la coccidiosis a través de la vacunación ha demostrado ser eficaz, pero se debe tener cuidado en monitorear y controlar las posibles reacciones a la vacuna. Siempre consultar al veterinario y pedir su orientación y consejos.
Desde el punto de vista nutricional, factores como las micotoxinas, el exceso de proteína en las dietas y el uso de ingredientes de piensos con baja digestibilidad han demostrado ser factores potenciadores de este problema. Las dietas basadas en trigo, cebada y centeno y/o con altas concentraciones de ingredientes de subproductos animales (como las harina de carne y huesos, y las de pescado) o ingredientes con una digestibilidad más baja (como la colza) también se han relacionado con la incidencia de enteritis necrótica. Los cambios repentinos en la formulación (por ejemplo, la necesidad de cambiar la formulación debido a la introducción o interrupción de un ingrediente) también sirven como «desencadenantes» debido a la disbacteriosis resultante de estos cambios.
Desde el punto de vista de la medicación: las opciones de medicamentos disponibles en el mercado son cada vez más limitadas. Por ello, es clave centrarse en el control de esta enfermedad a través de una acción conjunta en diferentes frentes:
En lo referente a la salud de las aves:
- Tener la coccidiosis bajo control, realizar el manejo de la vacunación de acuerdo con las recomendaciones de los proveedores de vacunas.
- Utilizar aditivos que ayuden a controlar cualquier reacción exacerbada a la vacuna.
- Prestar atención a los primeros signos clínicos y cambios en las heces.
- Medicar únicamente durante los casos clínicos (el agua potable es lo más adecuado debido a la caída del consumo de pienso), bajo la guía del veterinario responsable y siguiendo la legislación local.
- Responder rápidamente a estos problemas para minimizar las consecuencias.
En lo concerniente al manejo de las ponedoras:
- Promover la técnica del comedero vacío para evitar la acumulación de pienso viejo en los comederos y cualquier otro factor que provoque suciedad excesiva en el ambiente de cría.
Y en cuanto a la nutrición, combinar diferentes productos disponibles para ayudar a proteger la integridad intestinal de las aves, como:
- Probióticos (existen en el mercado cepas destinadas a controlar la clostridiosis, como Bacillus lincheniformis y Bacillus amyloliquefaciens).
- Ácidos orgánicos: como el ácido butírico y sus combinaciones con glicéridos.
- Aceites esenciales, con nuevos productos en el mercado y la solución a un problema específico/regional se puede obtener mediante la combinación de algunos.. Los procedimientos correctos de dosificación en el alimento y el monitoreo del rendimiento de las aves son factores importantes para encontrar la mejor solución.
Además:
- El uso de fibras insolubles y enzimas ayuda a reducir la viscosidad del contenido intestinal. –
- Neutralizar las micotoxinas con productos que reducen la absorción de micotoxinas (adsorbentes y enzimas), reduciendo así el riesgo de problemas con la digestibilidad de los ingredientes.
- Controlar semanalmente la ganancia de peso y la uniformidad del lote hasta las 30 semanas y luego mensualmente y reducir los factores ambientales y sanitarios que dificultan el aumento de peso para evitar el uso prolongado de alimento muy concentrado durante la fase de cría.
- Estimular el desarrollo de la capacidad de ingestión y musculatura de la molleja mediante una adecuada granulometría del pienso para que la molleja pueda triturar el pienso ingerido y reducir la disponibilidad de nutrientes no procesados en el tracto gastrointestinal. –
- Evitar el uso excesivo de medicamentos en los lotes en vez de encontrar una solución a los problemas que conducen al uso de medicamentos.
Como las condiciones de producción de huevos van cambiando, al igual que el valor nutricional y la disponibilidad de los ingredientes, los microorganismos presentes en el entorno avícola industrial también lo hacen. Por lo tanto, es importante adoptar una visión amplia y sistémica para que se puedan adoptar las soluciones más adecuadas para mantener los patógenos y, por lo tanto, la enteritis necrótica bajo control en las granjas.
Fuente:
-. Hendrix Genetics