Resumen
La selección genética continua en las aves para carne ha tenido un rápido crecimiento, aumentando la producción y reduciendo el tiempo de crianza. Esta selección no solo ha impactado en el metabolismo de los nutrientes durante la incubación, sino también en la expresión génica y el crecimiento y la calidad de la carne.
Se discuten los retos en la alimentación y el manejo de los reproductores pesados, recalcando la importancia de una nutrición equilibrada para un rendimiento reproductivo óptimo y los efectos transgeneracionales que influyen en la producción de huevos de alta calidad, así como garantizan que los pollitos cumplan con los objetivos de rendimiento.
Se profundiza en los factores nutricionales que afectan a los reproductores pesados, se analiza la importancia de una ingesta adecuada de proteína y energía, se destaca el papel de los aminoácidos, las vitaminas y los oligoelementos en el rendimiento de la progenie y se hace hincapié en la importancia de mantener un equilibrio para optimizar el rendimiento reproductivo.
El novedoso concepto de alimentación in ovo, una tecnología que complementa los nutrientes solubles en el amnios de los embriones tardíos, está impactando positivamente en varios aspectos del metabolismo y el desarrollo perinatal. Se ha demostrado que este método aumenta las reservas de glucógeno, mejora el crecimiento inicial y estimula la respuesta inmunitaria, proporcionando una estrategia integral para la producción.
Las respuestas epigenéticas transgeneracionales influenciadas por la nutrición materna se tratan ampliamente en este artículo. Las investigaciones recientes se centran en cómo los nutrientes, incluidos los catalizadores de metilo, el selenio y las vitamina A y D pueden modificar las metilaciones del ADN y afectar la expresión génica.
Los mecanismos epigenéticos, como la actividad de los micro ARN, la metilación del ADN y la modificación de las histonas, tienen gran impacto en el desarrollo y la salud de la progenie.
En conclusión, se subraya la intrincada relación entre la selección genética, la nutrición y el rendimiento en los actuales reproductores pesados. Explora las estrategias como la alimentación in ovo y profundiza en el campo emergente de las respuestas epigenéticas transgeneracionales, proporcionando una información valiosa para optimizar la producción y garantizar la salud y el rendimiento de las generaciones futuras.
¿Sabías que cada año mejora un 1% el peso de los pollos?
La selección genética continua en el broiler para un crecimiento rápido origina una mayor producción de carne y reduce el tiempo requerido para alcanzar su peso comercial. Según Havenstein et al. (2003), el peso de los pollos de 42 días ha mejorado aproximadamente un 1% por año, y esta tendencia ha continuado hasta el día de hoy. En 1957 un pollo para carne de 42 días pesaba 540 g con un índice de conversión de 2,35; en el 2003 pesaba 2.800 g y su conversión era de 1,70 y actualmente un estudio de la Universidad de North Carolina señala que puede pesar más de 3.500 g con una conversión de aproximadamente 1.40.
Por lo tanto, el período de incubación y neonatal de los actuales broilers comerciales puede representar menos del 50% de su vida útil, dependiendo de la edad a la que se comercializan. Por otra parte, el embrión depende de los nutrientes limitados del huevo y la selección genética no solo ha alterado la ingesta de pienso y la eficiencia de la producción de carne después del nacimiento, sino que también ha influido en la expresión génica y el metabolismo de los nutrientes durante la incubación. La diferencia entre el potencial de crecimiento de los pollos actuales y el peso corporal objetivo de sus reproductores para optimizar el rendimiento reproductivo ha aumentado sustancialmente en los últimos 60 años.
La genética de los machos reproductores afecta positivamente en el crecimiento in ovo y en la demanda de nutrientes que la genética y la dieta de las hembras deben suministrar. Por lo tanto, la dieta de las gallinas con unos nutrientes esenciales insuficientes puede afectar negativamente el desarrollo embrionario y, en consecuencia, al rendimiento posterior a la eclosión. En consecuencia, la intensidad de la restricción de pienso de los reproductores ha aumentado a medida que aumentaba el potencial genético para el crecimiento y la producción de carne para mantener el rendimiento reproductivo. Pero limitar la ingesta de pienso de los reproductores también puede influir en unos efectos transgeneracionales favorables y desfavorables. Un menor grado de restricción del crecimiento de los reproductores durante su crecimiento inicial prepuberal y puberal temprano aumenta el ritmo de crecimiento de la progenie masculina. como indican Afrouziyeh y col (2021) cuando analizan los retos en la alimentación y el manejo de los reproductores pesados, haciendo hincapié en los efectos transgeneracionales que afectan la producción de huevos de alta calidad para maximizar la incubabilidad y garantizar que los pollitos puedan cumplir con los objetivos de rendimiento. Además, explora los factores nutricionales clave en los reproductores pesados que influyen en la calidad de los pollitos y su rendimiento.
Si mejora la genética ha de mejorar la nutrición de los reproductores
La estrategia nutricional de los reproductores es crucial ya que tanto un exceso de proteína como una ingesta insuficiente de energía pueden tener efectos adversos. El exceso de proteína puede conducir a menores reservas de grasa y mala calidad de la cáscara del huevo, mientras que una ingesta inadecuada de energía afecta el sistema inmunológico, el emplume y el rendimiento reproductivo general. La investigación se ha centrado tradicionalmente en el estudio de los requisitos de nutrientes para maximizar la producción de huevos y la incubabilidad. Sin embargo, un ligero aumento en la ingesta de proteína puede tener un impacto positivo en el tamaño del huevo y el peso de los pollitos, influyendo así en el crecimiento de los pollos para carne. Mantener un tamaño óptimo del huevo, en la incubabilidad y en el control del peso corporal en los reproductores plantea unos retos, especialmente con el empleo de dietas altas en proteína después de las 40 semanas de edad. La formulación de dietas de reproductores con niveles mínimos de proteína es habitual, pero es necesario considerar cuidadosamente los aminoácidos digeribles.
Además, se recomienda implementar dos raciones después de 35 semanas, con menos proteína y aminoácidos en la segunda con el fin de mantener la puesta y abordar problemas como la reducción de pienso después del pico de producción. Un buen manejo es crucial para comprender la relación entre la especificación de la dieta y la restricción, asegurando la salud y el rendimiento general del lote.
La nutrición afecta la calidad y el rendimiento de los pollitos.
La calidad de los pollitos está influenciada por una miríada de factores e interacciones complejas: el estado fisiológico de las gallinas, la nutrición de estas, la formulación de la dieta, el manejo en la granja y en la planta de incubación, el transporte y la eficiencia de la incubación. La interacción de estos elementos es crucial para determinar la salud general y el rendimiento de las manadas de reproductores, la calidad de los pollitos y el rendimiento posterior de estos. Una mala uniformidad de la manada, una foto-estimulación precoz, un reparto inadecuado de pienso y varios factores estresantes pueden afectar significativamente los resultados.
El embrión depende de los nutrientes almacenados en el huevo para su crecimiento y desarrollo normales, pero sus verdaderos requisitos nutricionales siguen siendo en gran parte desconocidos. La composición del huevo, influenciada por las cantidades de nutrientes, el perfil de ácidos grasos de la dieta, la edad de la gallina, el estado de salud, las condiciones de almacenamiento, el metabolismo de la vitamina D, las cantidades y fuentes de calcio, así como la suplementación con minerales y vitaminas, juega un papel crucial. Las manadas que inician la producción sin cumplir con las condiciones mínimas de desarrollo pueden producir huevos de menor calidad, un menor peso, con menos proporción de yema y de grasa y una cáscara más gruesa. Aunque existen revisiones sobre los factores nutricionales de los reproductores que afectan la calidad de los pollitos y su rendimiento, su aplicabilidad puede considerarse menos relevante con la introducción de los genotipos modernos y las condiciones comerciales. En general, un enfoque holístico que tenga en cuenta diversas condiciones de incubación es esencial para optimizar la calidad de los pollitos y garantizar el éxito de la producción avícola y la calidad de la carne.
La ingesta de proteína y energía de las reproductoras afecta el rendimiento de la progenie.
Aitken y col. (1969) demostraron por primera vez los efectos de la proteína y energía de las reproductoras pesadas sobre el tamaño del huevo y el rendimiento de las crías. Se observó que las crías de padres alimentados con una dieta de alta densidad producían unos huevos más pesados y sus pesos corporales eran significativamente mayores a los 42 y 63 días de edad. Se encontró que la relación proteína-energía de la dieta de la reproductora influía en el peso de los pollitos, con una reducción del mismo cuando la relación energía-proteína era baja.
Luego, Spratt y Leeson (1987) investigaron más a fondo el impacto de la proporción de proteína y energía en las reproductoras, vieron que los machitos procedentes de gallinas alimentadas con alta energía tuvieron un mejor crecimiento inicial, mientras que las hembras no mostraron el mismo resultado. Se encontró que los efectos de la dieta materna en la progenie dependían del sexo de la descendencia, con una alta energía que aumentaba la proteína de la canal de los machos y disminuía la grasa de la misma y que las dietas de baja densidad pueden mejorar el crecimiento y la mortalidad, especialmente en los reproductores mayores. Y Enting y col. (2007) han visto que las dietas de baja densidad de las reproductoras pueden mejorar el crecimiento de la descendencia, reducir la mortalidad y afectar las respuestas inmunitarias en función de la edad de estas y el peso de los huevos. De manera similar, Hocking (2006) ha informado que la progenie de los padres alimentados con dietas de baja densidad diluidas con cascarilla de avena muestra un menor interés en la bebida, mantienen una cama de mejor calidad y muestran diferencias en el tamaño de los huevos y los pollitos. Por el contrario, Moraes y col.. (2014) encontraron que cuando se aumenta la relación energía/proteína en las dietas de las reproductoras jóvenes, también lo hace el crecimiento y el rendimiento de carne de pechuga de las hembras de progenie. De manera similar, van Emous y col.. (2015) investigando la influencia de la proteínas en la dieta durante la crianza en el rendimiento embrionario y de la descendencia, confirmaron los hallazgos anteriores de que los efectos de la dieta materna en el rendimiento de la progenie dependen del sexo de la descendencia y que los patrones de crecimiento más altos durante el período de cría tuvieron efectos positivos en la fertilidad y el rendimiento de la descendencia.
La ingesta de energía y proteínas de las machos reproductores también puede tener efectos transgeneracionales en el rendimiento de las crías. Attia y col. (1993, 1995), suministrando a machos reproductores diferentes niveles de energía, demostraron un aumento significativo en el peso corporal de la descendencia a las 6 semanas al aumentar la misma. Los autores propusieron que este resultado puede estar relacionado con la presencia de espermatozoides supernumerarios en los óvulos puestos por gallinas inseminadas con esperma de machos recibiendo dietas de alta energía. Otro estudio informó de una reducción de la fertilidad de los machos debido a una asignación inadecuada del pienso, lo que originó una pérdida de su actividad sexual y una posterior reducción del peso corporal de la progenie (Romero-Sánchez, 2005). Como recomendación, se aconseja asegurarse de que los machos reproductores reciban suficiente energía hasta la foto-estimulación para un crecimiento óptimo de la descendencia.
El suministro de aminoácidos a los reproductores , clave en el rendimiento de su progenie.
Los niveles adecuados y el equilibrio adecuado de aminoácidos en la dieta de los reproductores pesados son cruciales para la producción óptima de huevos, la fertilidad, la incubabilidad y la salud de la descendencia. La lisina dietética de la gallina reproductora puede afectar los resultados de la progenie. Mejía y col. (2013) utilizaron granos de destilería a base de maíz para reducir la lisina dietética de los reproductores jóvenes y encontraron que su progenie tenía un bajo peso corporal y un menor rendimiento de la pechuga, pero mayor proporción de carne oscura con una menor ingesta de la misma (600 mg/d). Ciacciariello y Tyler (2013) también observaron una correlación significativa entre la lisina digerible de las reproductoras y el rendimiento vivo de las crías en el día 21 y concluyeron que los cambios en la asignación de pienso a las gallinas para aumentar la producción de huevos con el tiempo podrían afectar negativamente el rendimiento vivo de la descendencia. Además, otro estudio (Kidd y col. (2005) sugiere que la L-carnitina en el pienso de los reproductores influye en los caracteres de la canal de la progenie, con gallinas alimentadas con 25 mg de la misma/kg a partir de las 21 semanas de edad mediante una reducción de la grasa abdominal y un aumento de la carne de la pechuga.
Efectos transgeneracionales de las vitaminas
El impacto de las vitaminas del pienso de los reproductores y sus efectos sobre la incubabilidad y la salud de la progenie se ha discutido ampliamente en revisiones exhaustivas al haberse demostrado que su deficiencia en la dieta tiene consecuencias sustanciales. La de vitamina A compromete el desarrollo del sistema sanguíneo normal y causa malposición embrionaria, mientras que la de la D3 causa una calcificación incorrecta de la cáscara de huevo, posibles síntomas de tetania cálcica en reproductoras jóvenes, raquitismo y pollitos con mala absorción y huesos blandos. La deficiencia de vitamina E reduce la fertilidad, causa vascularización embrionaria inadecuada, mortalidad embrionaria temprana y diátesis exudativa en los pollitos. La deficiencia de vitamina K prolonga el tiempo de coagulación de la sangre y hemorragias en los vasos sanguíneos extraembrionarios. La deficiencia de riboflavina aumenta la mortalidad embrionaria entre 9 a 14 días de incubación y ocasiona atrofia muscular de sus patas y curvatura de los dedos. La deficiencia de vitamina B12 aumenta la malposición embrionaria con la cabeza entre las patas, picos cortos, escaso desarrollo muscular y alta mortalidad embrionaria entre 8 a 14 días de incubación. La deficiencia de piridoxina reduce la incubabilidad y la de biotina causa perosis, huesos acortados o torcidos y una mayor mortalidad embrionaria. La deficiencia de ácido fólico causa perosis y dedos torcidos y alta mortalidad al nacimiento. La deficiencia de ácido pantoténico causa emplumamiento anormal de los pollitos, hemorragias subcutáneas del embrión y crías débiles.
Aunque las deficiencias vitamínicas en la dieta rara vez ocurren a nivel comercial, a veces se producen errores de suplementación que originan en deficiencias marginales, desequilibrios y excesos por una, mala calidad de las fuentes y unas malas condiciones de almacenamiento y de la fabricación del pienso. A veces, las reproductoras menos dominantes tienen un menor consumo de pienso, lo que pueden originar una deficiencia vitamínica marginal, especialmente durante el pico de puesta. Lo más probable es que la progenie no exhiba síntomas clásicos de deficiencia de vitaminas, pero no desarrollará todo su potencial genético, especialmente durante los primeros 10 días después del nacimiento.
Entre todas las vitaminas, la D es la que tiene un efecto transgeneracional más significativo para el desarrollo óptimo de la progenie. Las concentraciones dietéticas maternas más altas, de 2.000 a 4.000 UI de vitamina D3 originan un mejor aumento de peso de la progenie y una menor incidencia de discondroplasia tibial de las gallinas durante el pico de puesta, pero no después de las 45 semanas de edad. La forma más biodisponible, 25-OH-D3, ha ganado popularidad por sus efectos positivos en la reducción de la mortalidad embrionaria y el aumento de las cenizas ósea en la progenie
El estado antioxidante de las reproductoras pesadas y su consiguiente efecto en la prevención de enfermedades en la descendencia es de creciente interés comercial. La vitamina E se ha relacionado con una mejor transferencia adaptativa de anticuerpos de padres a hijos.
Los oligoelementos , poca importancia porcentual en las dietas, gran importancia porcentual en los rendimientos de la descendencia.
Aunque los requerimientos de minerales están bien establecidos para la producción de huevos de aves, los oligoelementos que tienen el mayor efecto en la progenie son el selenio, el zinc, el manganeso y quizás el yodo. La importancia del Se, particularmente en su forma orgánica, como cofactor antioxidante ha sido muy estudiada: Jlali y col. (2013) han demostrado que el Se orgánico en la dieta mejora su concentración en los huevos y aumenta los niveles tisulares de la progenie. Los pollitos de procedentes de gallinas recibiendo 0,5 mg/kg de Se orgánico mostraron concentraciones de tejido más altas que los de otras alimentadas con cantidades más bajas (Pappas y col. 2006). Además, la progenie de padres alimentados con seleno-hidroxi-metionina mostró una mejora del 1,25 % en el índice de conversión en comparación con la descendencia de otras fuentes de Se (Couloigner y col., 2015). El mayor contenido de Se muscular al nacer originó mejores reservas de Se, influyendo en la transición del sistema antioxidante durante los primeros días de vida de los pollitos (Surai, 2002).
El papel del Zn en la calidad, el emplume, el crecimiento de la progenie y la viabilidad de los pollitos también se ha explorado. Se ha visto que las concentraciones más altas de Zn mejoran la función inmune celular y la supervivencia temprana. Cuando se combinaron con Mn orgánico, las dietas maternas con estos oligoelementos mejoran la supervivencia de la progenie, los parámetros inmunológicos y la función cardíaca. La progenie de gallinas alimentadas con Mn y Zn orgánicos también tendió a tener un mejor rendimiento en la carne de pechuga en comparación con las alimentadas con formas inorgánicas. Se sugiere que las concentraciones dietéticas maternas de Se, Zn y Mn más altas que las recomendadas normalmente pueden tener un impacto positivo en la función inmune y la supervivencia cuando se proporcionan combinadas, lo que resaltan la importancia del Se y el Zn, especialmente en formas orgánicas, para influir en la salud y el desarrollo de la progenie.
Suplementación de nutrientes mediante la alimentación in ovo
Como se comentado antes, ,la dieta y el estado nutricional de los reproductores pesados pueden tener un efecto significativo en la deposición de nutrientes en el huevo, especialmente durante el pico de puesta, por la movilización de nutrientes de la dieta restringida y unas reservas corporales limitadas. El alivio de estas limitaciones de nutrientes es posible gracias a la alimentación in ovo, con cuya tecnología se complementa el amnios del embrión con unos nutrientes solubles que desempeñan un papel crucial en la mejora de diversos aspectos del metabolismo y el desarrollo perinatal. Las reservas de glucógeno, utilizadas como fuente de energía primaria por el embrión, tienden a agotarse al final del proceso de eclosión y la alimentación in ovo aborda esto mejorando las reservas de glucógeno en el hígado y los músculos y, sirviendo como fuente de energía para el proceso de la eclosión.
Los estudios realizados durante unos 20 años han profundizado en la eficacia de la alimentación in ovo con diversos suplementos nutricionales (NaCl, sacarosa, maltosa, dextrina y disacárido, β-hidroxi-β-metil-butirato, proteína de clara de huevo y carbohidratos, glicerol y factor de crecimiento similar a la insulina, monohidrato de creatina, ácido linoleico, ácido γ-aminobutírico, treonina, cisteína, arginina, metionina, L-leucina, vitaminas E y B12, ácido fólico, Bacillus subtilis o rafinosa, zinc y cobre, manganeso y zinc-metionina( y eta se ha convertido en un excelente método para evaluar los efectos epigenéticos..
Los efectos positivos se extienden a través de un varios factores que influyen en el crecimiento y el desarrollo inicial de las aves. Las mayores mejoras se hallan en un aumento de peso en la eclosión, el desarrollo morfométrico avanzado del tracto intestinal, la mayor expresión de las enzimas digestivas (la sacarasa-isomaltasa y la leucina aminopeptidasa) y el aumento de la actividad biológica de las mismas. Además, hay una mayor expresión de los transportadores de nutrientes, SGLT-1, PEPT-1 y NaK ATPasa, lo que contribuye a una mejor absorción de nutrientes. Los resultados positivos de ello se extienden a varios aspectos, incluido el aumento del tamaño de la pechuga en la eclosión, un mejor desarrollo óseo y una mejor respuesta inmunitaria. Además, la técnica se ha relacionado con una disminución del estrés celular, un mejor estado oxidativo y un aumento del estado de glucógeno hepático.
Este enfoque multifacético de la suplementación no solo influye en el rendimiento inmediato después de la eclosión, sino que también afecta el desarrollo de los tejidos críticos y el hueso del neonato en unos 2 días posteriores. En resumen, esta alimentación surge como una estrategia integral con beneficios de gran alcance para la producción, que abarca aspectos del crecimiento, desarrollo, la respuesta inmune y el bienestar fisiológico general.
La nutrición afecta a las respuestas epigenéticas entre generaciones
Las investigaciones más recientes relacionadas con el impacto transgeneracional de la nutrición en las aves se centran en los mecanismos epigenéticos, que son adaptaciones genómicas y metabolómicas al estado nutricional materno y a los factores de estrés ambiental. Dunislawska y col. (2022) han presentado una revisión de los factores ambientales previos y posteriores a la eclosión relacionados con los mecanismos epigenéticos en las aves, evidenciando que la nutrición materna y los factores ambientales pueden tener efectos epigenéticos transgeneracionales. Utilizando la codorniz como modelo, Phillips (2020) ha demostrado que las dietas maternas que contenían mayores niveles de catalizadores de metilo (colina, betaína, vitamina B12, ácido fólico, piridoxina y zinc) modificaban significativamente las metilaciones específicas del ADN en los residuos de citosina de los dinucleótidos de citosina-fosfato-guanina (CpG) bajo la acción de las metiltransferasas del ADN. Otros nutrientes de la dieta materna que pueden transferirse al óvulo y que afectan al metabolismo del metilo y la expresión génica son el selenio, la vitamina D y la vitamina A. De hecho, la programación epigenética es una nueva vía de investigación.
Los eventos críticos de reprogramación epigenética ocurren durante el desarrollo de las células germinales en los reproductores adolescentes, y la remodelación de la cromatina debido a eventos como la desmetilación y re-metilación del genoma embrionario durante la embriogénesis temprana. El aumento de la metilación de CpG y la acetilación de histonas también puede ocurrir durante el período inmediatamente posterior a la eclosión. Los mecanismos epigenéticos clave incluyen la actividad de los microARN (miARN), la metilación del ADN y la modificación de las histonas. Las pequeñas moléculas de ARN codificadas en el genoma, los miARN, desempeñan un papel crucial en la expresión génica y la respuesta epigenética (Chuang y Jones, 2007). Se unen al extremo 3′-UTRs del ARNm del gen diana, desestabilizándolo e impidiendo la traducción, silenciando así los genes diana. La metilación del ADN implica la adición de residuos de metilo a las citosinas dentro de las islas CpG, inhibiendo la transcripción de genes del ADN en ARNm. El proceso de metilación está influenciado por los componentes nutricionales y la suplementación, ya que el ADN requiere donantes de metilo y cofactores del entorno externo. La modificación de histonas, regulada por enzimas sensibles a metabolitos endógenos de moléculas pequeñas, afecta a la transcripción y responde a los cambios ambientales. Por ejemplo, los cambios en la microbiota intestinal regulan la metilación y acetilación de las histonas en los tejidos del huésped de forma dependiente de la dieta.
La alimentación in ovo proporciona un enfoque valioso para el apoyo inicial al embrión y permite la evaluación de los efectos de los nutrientes sobre los cambios epigenéticos en las aves adultas. Un estudio en el que se administró ácido fólico al saco vitelino de embriones de pollo de engorde en el 11º día de incubación reveló la metilación inducida de histonas en los promotores de IL2 e IL4, con efectos posteriores a la eclosión en el enriquecimiento de la histona H3 lisina 4 (H3K4me2) y la pérdida de la histona H3 lisina 9 (H3K9me2) en los pollos. Por el contrario, el promotor de IL6 mostró una disminución de H3K4me2 y un aumento de H3K9me2, aquel participando en la formación de eucromatina y en la expresión génica continua; mientras que ésta es una marca de histonas represiva que regula negativamente la transcripción al promover una estructura compacta de cromatina. Por lo tanto, el ácido fólico administrado in ovo afecta las funciones inmunitarias a través de la regulación epigenética de los genes inmunitarios. Otra investigación encontró que la administración in ovo de Zn a huevos deficientes en Zn redujo la mortalidad embrionaria y aumentó la incubabilidad, mostrando la fuente orgánica una mayor eficiencia para mejorar la metilación y acetilación en comparación con la inorgánica. Además, se demostró que la inyección in ovo de betaína regula el metabolismo del colesterol en el hígado del ave a través de mecanismos epigenéticos, aliviando los efectos relacionados con la dieta y la exposición a la corticosterona, e influyendo en la expresión génica y las modificaciones de metilación asociadas con la metilación de CpG en genes clave.
El periodo perinatal es vital para programar la microbiota y facilitar la colonización del intestino del embrión con bacterias beneficiosas antes de la eclosión. En particular, la administración de una sola dosis de suspensión prebiótica o simbiótica en la cámara de aire del huevo en el 12º día de incubación tiene efectos duraderos en la vida útil de la gallina, observándose cambios moleculares significativos en el hígado y el bazo. Administrando simbióticos basados en cepas de Lactobacillus a los 12 días de incubación se originó una hipermetilación del gen ANGPTL4 en el hígado, asociada con una disminución sustancial en la expresión génica, lo que enfatiza el papel del gen en el metabolismo de los lípidos, la sensibilidad a la insulina y la homeostasis de la glucosa.
La regulación epigenética de la expresión génica a través de la estimulación temprana de la microbiota también depende de la actividad del miARN hepático, lo que sugiere que éste es un elemento crucial en el mecanismo molecular de la interacción entre el huésped y la microbiota. La nutrición materna desempeña un papel crucial en la formación del epigenoma de la descendencia a través de un proceso conocido como efecto materno, que implica la interferencia no genética de la madre en el fenotipo de ésta. En la producción avícola, las sustancias maternas como los anticuerpos, las hormonas y los antioxidantes transferidos a través del saco vitelino afectan a la respuesta inmunitaria y al microbioma de las aves jóvenes.
Conclusión: si queremos pollos o ponedoras TOP hemos de realizar una nutrición TOP a los reproductores
La selección genética continua en las aves para carne para un crecimiento rápido ha transformado significativamente el sector avícola en las últimas décadas. La evolución en el peso de los pollos y su conversión alimenticia refleja el éxito de los programas de reproducción. Sin embargo, este progreso ha introducido retos en la alimentación y el manejo de los actuales reproductores pues la interacción entre la genética, la nutrición y los factores ambientales determina la calidad y el rendimiento de los pollitos.
El estudio profundiza en el ámbito de la nutrición de los reproductores pesados, haciendo hincapié en los efectos transgeneracionales que influyen en la calidad del huevo, la incubabilidad y el rendimiento de la descendencia y explora la alimentación in ovo y su impacto en el desarrollo inicial, subrayando junto con el campo emergente de la epigenética, la complejidad de optimizar la producción avícola para las generaciones actuales y futuras.
Fuente: «Transgenerational impact of broiler breeder nutrition«. P.R. FERK
North Carolina State University, Raleigh, NC, United States