sábado, julio 12, 2025

El CReSA amplía sus laboratorios y se refuerza como referente en bioseguridad y patógenos con potencial pandémico

La ampliación del CReSA refuerza el sistema de vigilancia de virus zoonóticos y enfermedades emergentes que afectan directa o indirectamente a la producción animal. El nuevo laboratorio, operativo en 2028, incluirá insectarios y capacidad para estudiar virus respiratorios y vectoriales con implicaciones para la sanidad avícola.


La sanidad animal y la investigación en salud aviar, animal y humana en España darán un paso estratégico con la ampliación del Centre de Recerca en Sanitat Animal (CReSA), ubicado en el campus de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). Esta nueva infraestructura —de 3.000 metros cuadrados y bioseguridad nivel 3— permitirá trabajar con patógenos respiratorios emergentes con potencial pandémico, como gripe o coronavirus, y también con virus transmitidos por mosquitos, como la fiebre del Nilo Occidental, el dengue o el chikungunya.

El objetivo es reforzar la capacidad científica y diagnóstica del sistema de salud humana y animal en España, consolidando al CReSA, centro dependiente del IRTA, como referente nacional en enfermedades infecciosas animales de alto riesgo. La ampliación permitirá responder con mayor eficacia ante futuras crisis sanitarias, especialmente aquellas vinculadas al sector agroganadero.

Contenedores de mosquitos no infectados con los que trabajan en IRTA-CReSA (Cristina Sáez)

Uno de los elementos más innovadores del proyecto será la incorporación de un insectario preparado para trabajar con mosquitos infectados, algo clave ante la expansión de enfermedades vectoriales en el Mediterráneo.

La obra se iniciará este verano y está previsto que el nuevo centro entre en funcionamiento en 2028. La inversión contará con el apoyo del Departament de Recerca i Universitats de la Generalitat, el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, y entidades como el IRTA, la Fundació “la Caixa”, el CaixaResearch Institute, ISGlobal, el BSC, IrsiCaixa y el VHIR.

Natàlia Majó, directora del programa de Sanidad Animal de IRTA-CReSA (Cristina Sáez)

Para el sector avícola, la ampliación representa una oportunidad de avanzar en la vigilancia, caracterización y control de virus zoonóticos y emergentes, con aplicaciones directas en la bioseguridad de granjas, programas de vacunación y planes de contingencia.

“Durante la covid, tuvimos una gran demanda de instalaciones y conocimiento técnico que desbordó nuestra capacidad. Esta ampliación permitirá responder mejor a futuras amenazas”, explicó Natalia Majó, directora del IRTA-CReSA y responsable del programa de sanidad animal y virus aviares.

La instalación no solo dará servicio a los investigadores del CReSA, sino a toda la comunidad científica de Catalunya. Así, pasará a ser “el hub de bioseguridad de Catalunya”, según declaró la investigadora Natalia Majó, directora del IRTA-CReSA, al presentar el 26 junio 2025 el proyecto en un acto presidido por la consellera de Recerca i Universitats, Gemma Geis, y el director general del Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentàries (IRTA), al que está adscrito el CReSA.

Josep Usall, director general del IRTA (Cristina Sáez)

El CReSA ya dispone de un laboratorio de bioseguridad de nivel 3 desde que inició su actividad, a principios de siglo, lo que significa que reune las condiciones de seguridad para investigar con virus transmitidos por vía aérea que pueden causar enfermedades graves.
Se trata del principal laboratorio de este tipo de Catalunya y de uno de los dos principales de España, junto al del Centro de Investigación en Sanidad Animal (CISA) de Valdeolmos (Madrid).

España no cuenta todavía con ningún laboratorio con un nivel 4, el nivel máximo de bioseguridad, que es requerido, por ejemplo, para trabajar con virus causantes de fiebres hemorrágicas como el del ébola.

La construcción de la nueva instalación de 3.000 metros cuadrados se ha anunciado el 26 junio 2025 , en el acto de celebración de los 40 años del IRTA, que tuvo lugar en el palau de Música y al que asistió el President de la Genralitat de Catalunya salvador Illa. Con un presupuesto previsto entre 22 y 25 millones de euros, se trata trata de la mayor inversión anunciada para los próximos años por el IRTA, una empresa pública adscrita a la Consejería de Agricultura, ganadería y Pesca del gobierno de Catalunya que agrupa a dieciocho centros de investigación.

Un investigador del IRTA-CReSA examina huevos que podrían estar infectados con el virus de la influenza aviar (Cristina Sáez)


El nuevo edificio se empezará a construir este mismo verano y deberá estar terminado , si se cumplen las previsiones, en el 2028. El centro de 3.000 m2 se construirá al lado de las actuales instalaciones del CReSA, en el campus de la Universidad Autonónoma de Barcelona y al lado de la Facultad de Veterinaria.


Todo este ecosistema reforzará el polo científico actual ubicado en Bellaterra , un «hub» de instalaciones y equipos humanos de alto nivel clave para abordar los retos de la sanidad animal en un contexto de One Health, donde la salud animal, humana y ambiental están cada vez más interconectadas.


Reducir la experimentación animal

Uno de los desafíos de la investigación es reducir el uso de animales de experimentación. En este sentido, IRTA-CReSA está desarrollando un biobanco de organoides, mini-órganos que crean en el laboratorio a partir de células madre obtenidas de muestras animales. Así, utilizan estas mini-réplicas de los órganos animales para probar fármacos o estudiar cómo infecta un microorganismo a un órgano.

«Es un proyecto muy estratégico. No existe ningún otro banco en Europa así, con la gran cantidad de organoides ni con la gran diversidad de especies que nosotros ya tenemos», explica Majó, quien afirma que ya cuentan con organoides tanto de animales domésticos como salvajes, desde elefantes y cebras hasta cerdos o pollos.

Para saber más:
-. CreSA

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