Una Conferencia que ha reafirmado mi optimismo por el sector avícola y la producción animal
El pasado 24 de septiembre tuve el placer de asistir a la magistral conferencia de Manuel Pimentel Siles que tuvo lugar en Granada ante los 450 profesionales que asistimos al «LIX Symposium Científico de Avicultura» organizado por la Asociación Española de Avicultura Científica.
Aunque el nombre de la Conferencia era «Alimentación y hábitos de consumo de carne en una sociedad en cambio» he preferido emplear el título «La Venganza del Campo» ya que es el utilizado por el autor en su libro homónimo, una obra, por cierto, rápida de leer, que considero que todo aquel que se dedica profesionalmente a la avicultura y ganadería debería leer al menos una vez en su vida.
El título «La Venganza del Campo» es una frase con una enorme carga semántica: sugiere un ajuste de cuentas, una corrección histórica y una reivindicación del sector primario tras décadas de abandono. Manuel Pimantel en su conferencia, histórica y profética, no solo opina, sino que constata una transformación profunda e imparable que ya ha empezado.
Resumo a continuación lo más importante de la misma para aquellos que no pudieron asistir pues creo que es importante divulgar (la misión principal de NeXusAvicultura ) el mensaje y el enfoque planteado por Pimentel.
Federico Castelló
Resumen de la Conferencia: «Alimentación y hábitos de consumo de carne en una sociedad en cambio»
En su intervención en el 59º Symposium de la WPSA-AECA, Manuel Pimentel ofreció un análisis profundo y sociológico sobre la evolución del sector agroalimentario en las últimas décadas, desgranando las causas de su pérdida de prestigio y anticipando un cambio de ciclo radical, al que denomina «la venganza del campo».

Su discurso se estructuró en dos grandes épocas: el ciclo de la globalización que devaluó la producción de alimentos, y el nuevo ciclo de la desglobalización que está devolviendo al sector su importancia estratégica.
El Ciclo de la Globalización (1989 – c. 2018): de la abundancia a la invisibilidad
Pimentel sitúa el inicio de este ciclo en la caída del Muro de Berlín en 1989, un evento que dio paso a la era de la globalización. Este nuevo paradigma, liderado por Occidente, se basó en la apertura de fronteras, la eliminación de aranceles y la creación de un libre mercado global de bienes, servicios y finanzas.

Para el sector alimentario, las consecuencias fueron drásticas y definitorias:
- Deslocalización y eficiencia: La producción se trasladó a las regiones del mundo donde era más eficiente. «Se sabía que las fábricas se iban a ir a China», explicó Pimentel, y de igual manera, la producción de materias primas como la soja, el maíz o el vacuno se concentró en los lugares con las mejores condiciones de tierra, agua y costes.
- Garantía alimentaria y deflación de precios: La globalización generó una sensación de garantía de suministro total. Si había una sequía en un lugar, se importaba de otro. Esta abundancia constante provocó una «pulsión de bajada de precio». La competencia global hizo que la cesta de la compra se abaratara progresivamente desde los años 90.
- La concentración de la distribución: Simultáneamente, el modelo de distribución cambió radicalmente. Se pasó de las pequeñas tiendas de ultramarinos, con un poder de negociación nulo, a grandes cadenas de supermercados e hipermercados (Mercadona, Carrefour, Aldi, etc.). Este proceso concentró un poder de compra inmenso en muy pocas manos. El poder pasó del productor, que antes imponía sus precios con marcas fuertes, al distribuidor.
- La tiranía del «Jefe de Compras»: Pimentel describió de forma gráfica la figura del «jefe de compra», cuyo único objetivo era presionar los precios a la baja. La frase que resumía esta era era: «O lo tomas, o lo dejas». Esta combinación de factores —globalización, abundancia y concentración de la distribución— provocó una caída sostenida del valor de los alimentos.

Las consecuencias sociales: de la invisibilidad al desprecio
Esta devaluación económica tuvo un profundo impacto en la percepción social de la agricultura y la ganadería.
- Pérdida de relevancia económica y social: Pimentel señaló un dato revelador: en los años 60, una familia media española gastaba el 50% de su renta en alimentación. En 2018, esa cifra había caído por debajo del 14%. La comida dejó de ser una preocupación. «La alimentación desapareció de la preocupación de la sociedad de Occidente», sentenció.
- De productor a figura invisible: Al perder su valor percibido, el agricultor y el ganadero se volvieron invisibles para una sociedad mayoritariamente urbana que daba por sentada la comida en los lineales del supermercado.
- El surgimiento de una nueva moral urbana: Con las necesidades básicas cubiertas, la sociedad urbana desarrolló nuevas preocupaciones: el medio ambiente, la sostenibilidad y el animalismo. En este nuevo marco, el sector primario pasó de ser invisible a ser percibido como un enemigo: «pasamos a ser directamente percibidos como enemigos del medio ambiente y, ya pecado moral, los ganaderos, maltratadores de animales».
Esta disonancia explica, según Pimentel, por qué «una sociedad le haga más caso a un payaso vestido de vaca que a un científico». El valor de la producción de alimentos había desaparecido del imaginario colectivo.

El Cambio de ciclo: la era de la desglobalización y «La Venganza del Campo»
Pimentel identifica el punto de inflexión con la llegada de Donald Trump al poder y su política de aranceles, que rompía con décadas de consenso librecambista. Este fue el inicio de un nuevo ciclo de desglobalización, cuyas características son opuestas al anterior:
- Incertidumbre y desajuste: Las trabas comerciales, las guerras y la incertidumbre geopolítica generan desajustes en el mercado. Puede que sobre comida en el mundo, pero los desajustes hacen que falte en unos sitios y sobre en otros, provocando una enorme volatilidad y una tendencia al alza en los precios.
- El regreso de la preocupación por el suministro: La pandemia y la guerra de Ucrania han hecho que el distribuidor, que antes solo se preocupaba por bajar el precio, ahora tenga una nueva obsesión: la garantía de suministro. Esto está cambiando el equilibrio de poder. El «jefe de compra» ha descubierto un nuevo verbo: «pagar un poquito más» si se le garantiza el producto.
- La Cesta de la Compra como indicador: El precio de la cesta de la compra ha subido bruscamente y ha vuelto a ser un tema de debate social y político. «Con 200 euros somos malitos, cuando valga 300 ya no somos tan malos. Como se ponga a 400, somos buenísimos, y si se pone a 500, nos ponemos un monumento», ironizó Pimentel para ilustrar cómo la percepción social está directamente ligada al precio.

El Futuro: retos, oportunidades y una nueva moral
Para Pimentel, el sector se enfrenta a un nuevo paradigma con unas reglas de juego diferentes:
- La batalla por la proteína: La demanda de proteína animal seguirá creciendo durante al menos 20 años debido al aumento de la población mundial. La oferta, sin embargo, está tensionada por regulaciones y limitaciones. Esto inevitablemente llevará los precios al alza.
- Economía de escala e innovación: Solo las explotaciones dimensionadas y tecnológicamente avanzadas serán viables. La mano de obra no cualificada desaparecerá, dando paso a un sector altamente tecnificado y profesionalizado (agrónomos, veterinarios, biotecnólogos).
- La reivindicación moral: Pimentel concluyó con una firme defensa moral del sector. Producir proteína animal no es un «pecado», sino una actividad natural y esencial para la salud humana. «Un león es inmoral cuando caza una gacela? ¿O está haciendo lo que tiene que hacer?», preguntó.
Ante la pregunta de si ¿Podría producirse un “crash” del crecimiento por influencia de potencias que fomenten proteínas alternativas? , Pimentel ve difícil una sustitución masiva de proteína animal para clases populares salvo por impuestos/trabas —estrategia que, a su juicio, “ha fracasado” hasta ahora— y sostiene que la optimización técnica y sostenibilidad real del sector es “imbatible” frente a alternativas muy caras. Acusó a los lobbies financiados por grandes tecnológicas —que invierten en carne y proteína artificial sintética— de crear una guerra moral para ganar una batalla de mercado que no pueden ganar por eficiencia o calidad.

El principal mensaje que nos llevamos todos los asistentes a la exposición de Manuel Pimentel , es que estamos ante un escenario de cambio histórico en el que el sector agroalimentario, tras décadas de marginación, está llamado a recuperar su poder y su prestigio, no por una cuestión de opinión, sino por la fuerza ineludible de la economía y la necesidad humana.
Sobre Manuel Pimentel Siles

Manuel Pimentel Siles (Sevilla, 1961) es una figura polifacética con una destacada trayectoria en el ámbito académico, empresarial y político. Ingeniero Agrónomo y Doctor en Derecho, su formación combina el conocimiento del campo con una profunda comprensión del marco legal y empresarial. Ha ocupado cargos de alta responsabilidad, incluyendo el de Ministro de Trabajo y Asuntos Sociales del Gobierno de España (1999-2000).
En el mundo empresarial, es conocido por su labor como editor en Almuzara Libros y por su participación en diversos consejos de administración y asesoramiento.
Además, es un prolífico autor de novelas y ensayos, entre los que destaca «La venganza del campo», y ha sido director y presentador del programa de divulgación arqueológica «Arqueomanía» en TVE2. Su perfil único le otorga una perspectiva privilegiada para analizar la compleja relación entre la agricultura, la sociedad y la economía.
El libro de M. Pimentel «LA VENGANZA DEL CAMPO» (Editorial Almuzara – ISBN 9788411319379 ) puede adquirirse en La Casa del Libro o en Amazon.
Sinopsis: ¿Por qué el sector primario es pisoteado y perseguido por la misma sociedad a la que da de comer?. El campo se vengará, al modo bíblico, con escasez y brutal encarecimiento de los alimentos, de la sociedad que lleva décadas despreciándolo. La venganza del campo ya está aquí. Los precios de los alimentos suben con fuerza y las olvidadas crisis alimentarias amenazan con reaparecer. ¿Por qué ayer sobraban alimentos y hoy parecen faltar? El desprecio al campo y los desajustes de la desglobalización son las razones principales.

Sobre la Asociación Española de Ciencia Avícola (AECA)
La AECA tiene como principal objetivo promover la investigación y el intercambio científico y técnico entre los especialistas estudiosos y profesionales de la avicultura. La AECA a su vez es la representación española de la World’s Poultry Association (WPSA), siendo hoy día una de las secciones de la WPSA más activas y reconocidas a nivel internacional. En 2025 cuenta con más de 300 miembros en activo, todos ellos técnicos, profesionales e investigadores del sector avícola en España. Otra de sus finalidades es contribuir con su actividad a un mejor conocimiento y valoración por parte de la sociedad española de la producción y los productos avícolas.

Para saber más:
-. Tendencias sociales y del sector avícola en NeXusAvicultura

